Estos hombres y mujeres estigmatizados como salvajes porque Vivían libremente en sus territorios sin las preocupaciones propias de las sociedades europeas, supuestamente civilizadas, que un 12 de octubre fatal, se toparon por casualidad en su ruta imaginaria hacia la india con este prodigo continente.
Al hacer contacto el 12 de octubre del 1492, con los indígenas de la isla de Guanahani, en el archipiélago de las Bahamas y que ellos llamaron San Salvador, fueron recibidos hospitalariamente por los indígenas que habitaban dicha isla y que les dijeron que había otras islas cercanas produciéndose en este continente el primer secuestro ya que el almirante tomó a la fuerza a algunos indígenas para que les acompañaran en las exploraciones que harían.
Así después de pasar por la isla de Cuba, desembarcó en la parte occidental de la isla de Santo Domingo el 5 de diciembre del 1492, a la que los indígenas llamaban, Haití o Babeque, algunos historiadores de la época plantean que también era llamada Quisqueya, pero algunos lo ponen en duda.
Allí fueron recibidos con los brazos abiertos por el cacique Guacanarix, en donde se construyó con los restos de la nao Santa María que encalló en la costa de la isla el 24 de diciembre del 1492. el fuerte de la navidad, que fue el primer asentamiento europeo en el continente.
Después de la construcción del fuerte de la navidad y sellar alianza con el cacique Guacanagarix, Colon decide regresar a España, dejando en la isla, en el fuerte de la Navidad una pequeña avanzada, se fue bordeando la isla y al intentar desembarcar en lo que hoy es Samaná es recibido por una lluvia de flechas por los indígenas ciguayos, este fue el primer enfrentamiento entre españoles e indígena en el continente, el lugar donde sucedió aquel evento fue llamado el Golfo de las Flechas
Ante los constantes abusos y violaciones que cometían los españoles que dejó Colón en el fuerte de la Navidad, Caonabo un cacique caribe decide atacarlos, matando a todos los españoles dejado en él y reduciéndolo a cenizas y destruyendo la aldea del cacique Guacanagarix el cual resultó herido, se puede decir que este es el primer enfrentamiento de envergadura que se da en el continente donde resultan por primera vez muertos en combate los primeros conquistadores.
Es bueno decir que en la isla de Haití o Babeque, la cual fue bautizada por colón como La Hispaniola fue donde los españoles ensayaron, todos los métodos de crueldad que pondrían luego en práctica en tierras continentales.
La resistencia en esta isla fue persistente y continua, sin tregua, nuestros indígenas prefirieron ser exterminados a ser sometidos, los que no podían luchas se suicidaban colectivamente y las mujeres bebían de la yuca amarga el jugo para abortar, para que sus hijos no nacieran bajo el régimen de la esclavitud.
La conquista y la colonización dejó aproximadamente 600 millones de indígenas muertos por la espada y el arcabuz y lo peor es que entre héroes y canallas por muchos años nos vendieron que los que defendían el derecho a vivir libres y en paz en sus territorios usurpados eran los malos, los crueles, los inhumanos, los salvajes, por mucho tiempo nos creímos esa mentira que de tanto repetirse todavía hoy hay quienes la creen.
Otra de las grandes mentiras de la conquista y la colonización es que los habitantes de Abya Yala, son indios, nada más falso que eso ya que los indios están en la India, aquí hay Taínos, Ciguayos, Incas, Mayas, Aztecas, Yanomami, Kayapos, Guarinies, Apaches Arawacos, Mapuches, Sioux, Charruas, etc.
Aún hoy después de más de quinientos años continúa el drama de nuestros pueblos, no sólo del indígena sino también del mestizo, del negro y del mulato, discriminados, invisibilizados, perseguidos y asesinados, tratados como extraños en sus tierras.
Hoy sigue la lucha, la resistencia por el territorio, por la autonomía, por el respeto a nuestras costumbres y cultura, por el respeto a la diversidad, por el derecho a la vida.
Nos queda seguir abriendo espacios de unidad entre nuestros pueblos, que deben ir desde la unidad de las pequeñas comunidades en cada país, teniendo en cuenta la realidad, características e independencia de cada una, sin intervenir sus asuntos internos y que ese proceso nos encamine a la unidad regional y de ahí a la unidad continental.
Debemos seguir construyendo puentes que nos unan, que nos hermanen que nos ayuden a entendernos en la diversidad, en donde juntos podamos avanzar hacia el reconocimiento y el respeto por parte de los estados de nuestro continente de nuestros pueblos.
Domingo Acevedo.
Fotos tomadas de la red.
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