Fueron llamados indios y no eran indios.
Fueron llamados indios y no eran indios,
fueron llamados salvajes y no eran salvajes, eran personas profundamente
humanas y nobles, apegadas a sus tradiciones y costumbres, apegadas a la
naturaleza, al honor y la lealtad y por defender a los suyos, por defender sus
territorios usurpados por el hombre blanco invasor, fueron perseguidos y
asesinados juntos a sus familias.
Hoy todavía en las montañas, selvas y
desiertos retumba el grito de guerra de los que resistieron el horror, de los
que defendieron con sus vidas a los suyos.
Hoy nos toca a nosotros rescatar ese
legado para cambiar la historia, para que la verdad de lo que pasó en esa
oscura época de la conquista y la colonización sea conocida por las futuras
generaciones.
Debemos desmitificar lo que nos ha
vendido el cine norteamericano sobre los indígenas, en donde son presentados
como los malos de la película, cuando la realidad es que sólo se defendían del
hombre blanco que les quitaba lo que les pertenecía por derecho,
persiguiéndolos y asesinándolos sin ningún tipo de compasión, es necesario que
esta generación y las que vienen sepan la verdad histórica para que vean a esos
luchadores por su libertad como lo que son: héroes y mártires, no forajidos.
Ellos merecen que nosotros les demos el
lugar que se merecen en la historia de este continente, reivindicando su lucha
permanente por la justicia y la libertad de los suyos, de sus familias, de sus
tribus, de sus naciones.
Domingo Acevedo.
Fotos tomadas de la red.